¿Has notado que en algunas personas la esclerótica, (la parte blanca de los ojos), toma un color amarillento? Seguramente has visto a alguien con esta peculiaridad al menos una vez o incluso, quizás a ti te pasa. ¿Sabes por qué ocurre? ¿Por qué a algunas personas se les pone amarilla la parte blanca del ojo?
Si no lo sabes, por tu propio bien te conviene estar al tanto, y si no, repasa un poco de todas formas. Hoy voy a hablarte, a grandes rasgos, sobre algunas de lascausas que pueden provocar el color amarillo en la esclerótica de las personas y sobre el proceso de la condición médica conocida como ictericia.

Los ojos amarillos como indicadores de salud

Seguramente alguna vez has visto a alguien con escleróticas amarillas, ya sea a un anciano, a alguien en la televisión o en una fotografía. Los fumadores, por ejemplo, suelen tener la esclerótica amarilla cuando envejecen, pero lo más común es que ocurra como resultado de una enfermedad o una insuficiencia hepática en la persona, no se trata de algo normal y en muchas ocasiones puede estar indicando un problema riesgoso.

Posiblemente se trata de un problema en el funcionamiento del hígado, cuando la parte blanca de los ojos queda amarilla se le llama ictericia y entre otros tantos males, puede estar advirtiendo de enfermedades como la hepatitis o la cirrosis.

La ictericia, explicación científica

En medicina, se le llama ictericia no sólo al color amarillento que toma la parte blanca del ojo en determinadas circunstancias, sino también al de la piel y las mucosas. Este color amarillo proviene de un pigmento biliar (la biomolécula de bilirrubina) del mismo color, que surge del degradado de la hemoglobina y que se acumula en los tejidos del organismo como un subproducto de los glóbulos rojos más viejos.

En pocas palabras, la bilirrubina aparece como algo natural, es el resultado natural de la necesaria descomposición de los glóbulos rojos que, ya envejecidos, no sirven y mueren para reemplazarse por otros nuevos. Estos glóbulos, inútiles, se filtran por el hígado y luego se excretan por el tracto digestivo en forma de bilis.
Pero cuando hay problemas con la descomposición de dichos glóbulos o de alguna manera el hígado corre algún tipo de riesgo, toda esa bilirrubina comienza acumularse en los tejidos, dejando ese característico y desagradable color amarillento. Entonces, la ictericia en sí no es algo que se trate o que se busque solucionar, sino la consecuencia de otro problema.
Es más bien una alarma que advierte sobre problemas en el hígado, en la vesícula biliar o en el páncreas. También advierte de una infección, del consumo de determinadas drogas, cáncer, trastornos sanguíneos, cálculos y defectos de nacimiento, entre otras cosas.
En fin, la ictericia aparece como un exceso de bilirrubina cuando demasiados glóbulos rojos de la sangre mueren, cuando el hígado está dañado o sobrecargado o cuando la bilirrubina no logra moverse adecuadamente dentro del tracto digestivo. Todo eso, a su vez, es lo que determina que los ojos se pongan amarillos, así como muchas otras partes del cuerpo.

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