El relato de Sullivan es asombroso, pero todavía más lo es el del Mayor Summerford. Veamos algunos hechos curiosos de la ciencia y de la naturaleza de los rayos antes de llegar a lo inaudito.

¿Franklin tuvo miedo de probar el pararrayos?

La historia dice que Benjamin Franklin inventó el pararrayos; una leyenda dice que sintió temor de probarlo él mismo y envió a uno de sus hijos bastardos al descampado, en medio de la tormenta, para que el niño verificara en carne propia si la cosa funcionaba.
No hay registros de que Franklin padeciera de ceraunofobia, que es el miedo a ser alcanzado por un rayo; su caso habría sido el del puro instinto de conservación. De ser cierta la versión del chico «conejillo de indias», la excusa estaba que ni mandada a hacer para la ocasión, ¡anda a volar esta cometa!
Incluso suponiendo que no hubiera pararrayos, afortunadamente la probabilidad de que nos caiga un rayo es bajísima. El globo terráqueo tiene 510 billones de metros cuadrados, incluyendo mar y tierra (recuerda que un billón es un millón de millones) y cada año caen unos 17 millones de rayos.
Esto significa que, en promedio, a cada metro cuadrado del planeta le corresponde un rayo cada 82 mil años. Aunque hay que aclarar que el impacto de un rayo puede ser mortal en varias decenas y hasta centenas de metros a la redonda.

¡Sí pudiéramos aprovechar la energía de las tormentas!

En el mundo se producen diariamente unas 40 000 tormentas. Si se pudiera aprovechar toda su energía, con solo una bastaría para dotar de electricidad durante un año a un país de 60 millones de habitantes. Un rayo puede representar una corriente eléctrica equivalente a 100 millones de voltios, unas 450 000 veces más que la tensión de la de la línea doméstica.

La mayoría de la gente sobrevive a los rayos

Hay muchas discrepancias entre las cifras que circulan sobre mortalidad a consecuencia de rayos, que oscilan entre decenas y centenas de muertes al año. Aproximadamente 9 de cada 10 personas alcanzadas por un rayo, logran sobrevivir. ¿Cómo es posible que alguien quede con vida después de un impacto tan descomunal? No es que se trate de superdotados inmunes a los rayos.
Lo que sucede es que la probabilidad de que un rayo te alcance directamente es prácticamente inexistente. En casi todos los casos, se trata de personas alcanzadas indirectamente por la descarga eléctrica, que puede matarte o solo enviarte a algunos metros de distancia, con algunas quemaduras, la visibilidad bloqueada y los tímpanos averiados.

    Existe un club o asociación de personas afectadas por los rayos. Los problemas de salud a consecuencia de la descarga eléctrica pueden se tanto físicos (quemaduras, pérdida de visibilidad) como mentales.

    El hombre que aguantó hasta 7 descargas 

    Shenandoah es un parque nacional estadounidense, de 806 kilómetros cuadrados, en el estado de Virginia. O es el lugar del mundo que siente mayor atracción por los rayos o era su guardabosques, Roy Sullivan, quien tenía un inusual magnetismo para las descargas eléctricas.
    Durante sus 35 años de servicio en el parque, entre 1942 y 1977, Sullivan fue alcanzado por 7 descargas, sobreviviendo a todas. Su apodo no podía ser otro que «El Pararrayos Humano». Irónica y tristemente, Roy murió por propia mano en 1983, cuando se disparó en medio de una depresión amorosa.
    Un caso aún más insólito fue el de un oficial del ejército británico de nombre Walter Summerford. El Mayor Summerford fue alcanzado tres veces por descargas de rayos, sobreviviendo a todas, aunque murió en 1932, dos años después de la última, que lo había dejado totalmente paralizado. Lo más asombroso vino después de su muerte: un rayo destruyó su lápida mortuoria.


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